El cuidado del medio ambiente no solo es una responsabilidad legal sino social, cada día las organizaciones públicas y privadas son más consientes de la imperiosa necesidad de establecer un equilibrio entre las actividades antrópicas y el ambiente dentro de los principios del desarrollo sostenible a través del uso de instrumentos normativos, técnicos, económicos y de planeación que en su conjunto permitirán generar un adecuado aprovechamiento de los recursos naturales previniendo y mitigando los impactos generados de su utilización.

Indicadores ambientales como la huella ecológica, le permiten a una empresa conocer el impacto que la fabricación y/o comercialización de sus productos o la prestación de sus servicios, ejercen sobre los ecosistemas, por lo que esta medición resulta pertinente a la hora de conocer el grado de sustentabilidad de los recursos del planeta frente a una actividad determinada y ayuda en la toma de decisiones corporativas para su reducción.